Qué es la GA3

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Autorización nº: 571/16.04.2013

REGULADORES DE CRECIMIENTO/ ESTIMULADORES DE CRECIMIENTO/ FITOHORMONAS

Son hormonas vegetales que actúan como reguladores del crecimiento. Son productos naturales, pero también pueden ser sintetizados, se encuentran en todas las plantas y si se aplican correctamente, puede hacer verdaderos “milagros”. En base a estas sustancias se obtienen mezclas sencillas o complejas que pueden acelerar la formación de raíces o estimular el crecimiento de las hojas y frutas. La existencia de hormonas vegetales se ha sospechado desde el principio del siglo pasado. Numerosos trabajos científicos sobre este tema han demostrado su presencia, pero no pudieron identificarlas hasta mucho más tarde. Las primeras fitohormonas descubiertas fueron de la clase de las auxinas, hacia el año 1934, las giberelinas y las citoquininas siendo descubiertas más tarde, en los años 1950. Estos tres tipos de reguladores de crecimiento ejercen una acción estimulante sobre el metabolismo celular. Hay también sustancias con efectos inhibidores sobre el crecimiento y el desarrollo de las células vegetales, tales como el ácido abscísico, identificado en 1965 y las sustancias fenólicas identificadas unos años más tarde. Estas sustancias son endógenas, lo que significa que son sintetizadas por las plantas. Hay también fitorreguladores artificiales de crecimiento con fórmulas químicas similares a las de los naturales, que muestran una acción fisiológica similar.

Todas estas sustancias, sintéticas o naturales, se llaman reguladores de crecimiento y tienen ciertas características comunes:

  • actúan en una concentración muy baja, en altas concentraciones son tóxicas, por lo que algunas de ellas se utilizan como herbicidas;
  • actúan sólo en la interacción con otros fitorreguladores, su función siendo determinada por el equilibrio hormonal que se establece entre ellos;
  • intervienen en una serie de fenómenos fisiológicos que implican varios modos de acción, tanto que la noción de hormona fue abandonada.

Una diferencia sustancial entre los fitorreguladores de crecimiento artificiales y los naturales es que los naturales pueden ser controlados por los mecanismos metabólicos de las células, siendo eliminados lo suficientemente rápido, mientras que los artificiales persisten mucho más tiempo, a menudo siendo preferidos en las aplicaciones prácticas.

Los reguladores de crecimiento se clasifican en tres grandes grupos: giberelinas, auxinas y citoquininas.

LAS GIBERELINAS

El efecto de las giberelinas se reveló antes de que pudieran ser identificadas. La giberelina fue descubierta por los japoneses que estudiaban la longitud de la planta de arroz. En 1898, Hotoaro Hori descubrió que las plantas excesivamente largas fueron expuestas al hongo Gibberella fujikuroi. El extracto acuoso del hongo provocó síntomas similares en las plantas testadas, lo que llevó a la idea de la existencia de una sustancia responsable de estos efectos. Eiichi Kurosawa logra aislar químicamente el ácido giberélico en 1926. Teijiro Yabuta aísla una forma non-cristalina del ácido en 1935, y finalmente el compuesto cristalino se aisló en 1938 por Yabuta y Sumiki Yusuke.

La separación de las giberelinas en estado puro fue muy difícil, debido a los grandes pesos moleculares que poseen. La primera giberelina identificada fue el ácido giberélico o GA3 (un complejo llamado “giberelina A”). A este primer descubrimiento le siguió el descubrimiento de otras giberelinas hasta que se identificaron en total aproximadamente cincuenta giberelinas en plantas y hongos. Todas éstas son compuestos endógenos. En la práctica, las giberelinas utilizadas son extractos purificados. La giberelina más utilizada es GA3 y las menos utilizadas son las mezclas GA4+GA7 o GA7. Las giberelinas sintéticas se obtuvieron en los años 1980. Las giberelinas son sustancias activas, estimulantes, presentes principalmente en las semillas, los tubérculos y las raíces. Estimulan la germinación de las semillas, acelerando la aparición de las plántulas en las primeras etapas de desarrollo. En las plantas adultas, las giberelinas provocan el aumento inusual de la superficie foliar y de la altura de las plantas. Aplicadas en concentraciones bajas, pueden ayudar a obtener plantas mutantes, enormes. Otro efecto interesante es que provocan el florecimiento, sobre todo en las plantas bienales. Por la pulverización de las plantas con soluciones que contienen cantidades minúsculas de giberelinas se induce un crecimiento intensivo de la parte aérea de las plantas. El crecimiento de las raíces no se ve influenciado en absoluto o está influenciado muy débilmente. En el tratamiento de los cereales con giberelinas se obtiene la reducción de su porcentaje de caída, debido al endurecimiento del tallo o a la disminución de la distancia entre los nodos. Las giberelinas provocan gigantismo, tanto por la aceleración de la multiplicación de las células, como por el aumento de su tamaño. Por lo tanto, el maíz enano crece a la misma altura que el maíz normal y fructifica si se trata con giberelinas. Por la aplicación de giberelinas se pueden obtener frutas sin semillas, el rápido desarrollo de las yemas, la maduración de los frutas. Pero el desarrollo rápido de la planta tratada con hormonas vegetales no es posible sin garantizar todos los factores de vegetación. El tratamiento con ácido giberélico ejerce una influencia considerable sobre el aumento de los racimos y de las uvas. Las investigaciones de Weaver (1958), Weaver y Mc Cune (1959) mostraron que el tratamiento con giberelinas lleva a un alargamiento considerable de los racimos (desde la base del racimo hasta la punta del eje principal). Los datos muestran que lo más temprano que se aplican los tratamientos con giberelina (2-3 semanas antes del florecimiento), tanto más fuerte es alargamiento de los racimos.

Las propiedades de las giberelinas (GA)

  • actúan en la elongación de los entrenudos, a veces produciendo resultados espectaculares (por ej.: se obtuvieron plantas de col con el tallo de 3 m), pero no en todas las especies. Sólo algunas de las variedades enanas de unas especies pueden llegar a tamaños normales después de aplicar el GA; las variedades enanas generalmente no responden al efecto de alargamiento del ácido giberélico.
  • actúan sobre el florecimiento, teniendo como resultado ya sea la inhibición de la inducción floral, como en el caso de los árboles frutales, o estimula el florecimiento de las especies que requieren bajas temperaturas para florecer, por lo tanto en la presencia de las giberelinas estas especies florecen también sin temperaturas bajas (zanahoria).

En otras especies, que también requieren temperaturas bajas para florecer, la presencia de las giberelinas sólo induce la elongación del tallo sin formar flores (remolacha). Estas contradicciones aparentemente tienen una explicación sencilla: en las plantas presentadas el frío actúa sólo en el aumento del tallo, mientras que en el otro caso, en el proceso de florecimiento. Por lo tanto, las giberelinas, sólo ejercen su papel de estimuladores del alargamiento, no influyendo, en este caso, los procesos fisiológicos normales; 

  • actúan en la formación de los frutas en el peral, el mandarino, el ciruelo;
  • contrarrestan los efectos del virus amarillo de las cerezas amargas;
  • mejoran significativamente el florecimiento y la producción de las fresas;
  • llevan al aumento del número de arándanos por planta;
  • en las cerezas dulces aumentan el tamaño y la calidad de la cereza, las cerezas son más firmes y más luminosas;
  • aumentan la productividad y la calidad de la cebada y del lúpulo para cerveza;
  • producen un crecimiento uniforme de las plantas de semillero de arroz;
  • interrumpen la hibernación y estimulan la germinación de las patatas de siembra;
  • ejercen una acción compleja sobre la germinación de las semillas o sobre el comienzo en la vegetación de las yemas dormidas, cuando las condiciones climáticas (temperaturas bajas) no permiten esto, induciendo también la ramificación o el crecimiento de las ramas;
  • alargamiento de la eje central de los racimos de uvas y de sus ramificaciones laterales;
  • el aumento del tamaño de las uvas;
  • aumento del peso promedio de los racimos de uvas;
  • aumento de la producción;
  • aumento de las uvas sin semillas y la caída de las flores en algunas variedades con flores hermafroditas normales;
  • se notan algunas peculiaridades de las variedades, en cuanto a la acción de la giberelina, de su concentración y el tiempo de aplicación;
  • no se utilizan en la col, le cambian el sabor a amargo y la col se hace enorme (se han reportado ejemplares de 3 metros) y la col se hace fuerte como de madera.